El pasado 21 de mayo el Gobierno chino anunció su decisión de prohibir la criptominería en su territorio. A la preocupación por el elevado consumo de energía eléctrica, el Gobierno chino quiso asestar un golpe a una moneda que compite con su propia moneda digital, el yuan digital.
La prohibición por parte del Gobierno chino de minar criptomonedas ha provocado un éxodo masivo de los mineros que operaban en el país, quienes copaban el 75% de la minería a nivel mundial y que ahora buscan nuevos territorios donde poder establecer sus operaciones.
Uno de estos territorios que mayor afluencia de mineros de criptomonedas ha experimentado en los últimos meses es Texas. El estado del sur de Estados Unidos cuenta con uno de los costos energéticos más bajos del mundo, lo que favorece la rentabilidad de la minería.
Por otro lado, Texas cuenta con una de las regulaciones empresariales más permisivas del mundo, lo que favorece que muchas empresas dedicadas a la criptominería hayan decidido asentarse allí.
La minería de Bitcoin vive un nuevo boom, y es que al desaparecer la competencia de los mineros chinos minar bitcoins ahora requiere menos poder computacional que antes, lo que reduce los costos de minado y aumenta las ganancias.
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