En 1976 Anita Roddick emprendió su propia tienda de cosméticos con una idea muy clara: vender solo aquellos productos que fueran respetuosos con los animales y con el medio ambiente.
Así fue como Roddick fundó The Body Shop a los 34 años. Al principio era una pequeña tienda en Brighton, al sur de Inglaterra, pero gracias a sus productos se diferenció de la competencia y su idea de negocio explotó.
En los años siguientes The Body Shop se expandió por todo el país y para 1991 ya contaba con más de 700 tiendas. En 2004 ya contaba con 1980 puntos de venta, y con más de 77 millones de clientes, la mayoría fuera de Inglaterra.
A pesar del intenso trabajo que requería la dirección de una empresa de estas características, Roddick nunca dejó de lado su activismo y siguió muy involucrada en varias causas medioambientales y de derechos humanos.
Gracias a su visión sobre la mayor importancia que la sostenibilidad adquiriría para los consumidores y a su arduo trabajo, The Body Shop es una de las mayores cadenas de venta de productos de belleza del mundo.
Aunque Roddick falleció en 2007 a los 64 años, su exitosa carrera cambió para siempre como la industria de los cosméticos fabrica sus productos. Este fue el legado de una gran mujer emprendedora.
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