Tras egresarse en economía y servir en la Marina estadounidense durante dos años, Julian Robertson empezó a trabajar en Wall Street en 1957. Durante 23 años progresó hasta convertirse en director de inversiones de la firma Kidder, Peabody & Co.
En 1980 Julian Robertson fundó con 8 millones de dólares de sus ahorros Tiger Management, su propio fondo de cobertura. En aquella época Estados Unidos estaba sumido en una severa crisis económica, con cientos de compañías cotizando en la bolsa a precios de saldo.
Robertson aprovechó esto para invertir todo su patrimonio a través de su fondo, y gracias a varias acertadas decisiones de inversión 20 años más tarde su fondo de cobertura era uno de los mayores fondos del planeta con 36.000 millones de dólares en activos bajo gestión.
En el año 2000 Robertson decidió cerrar el fondo ante las excesivamente altas valuaciones que alcanzó la bolsa durante la burbuja puntocom. Su timing no pudo ser más acertado, y es que entre 2000 y 2002 la bolsa estadounidense bajó un 50,5 por ciento.
A sus 89 años Robertson afirma que sigue invirtiendo en la bolsa, pero utilizando su propio patrimonio que está valuado en 4.500 millones de dólares, lo que le convierte en uno de los inversores más exitosos de todos los tiempos.
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