El 20 de abril del año pasado se produjo un hecho insólito en la historia de los mercados financieros, cuando el precio del petróleo en Estados Unidos se desplomó hasta los -40,32 dólares por barril.
Sí, lo viste bien. Los vendedores de petróleo pagaron por desprenderse de sus barriles ante el hundimiento de la demanda por los confinamientos provocados por la pandemia del coronavirus y la incapacidad de los productores para almacenar el crudo.
Muchos analistas pronosticaron el fin del petróleo. Sin embargo, poco más de un año después el petróleo no solo recuperó su valor pre-crisis, sino que lo superó al alcanzar la semana pasada el barril WTI los 76 dólares por primera vez desde finales de 2018.
La prórroga de los recortes de la producción de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) unido al incremento en la actividad económica mundial propiciaron esta formidable alza en los precios del crudo.
Para la segunda mitad del año los analistas prevén que el precio del crudo mantenga su tendencia al alza ante la normalización con la campaña de vacunación y la intención de los productores de aumentar su producción más lentamente de lo inicialmente previsto.
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