Primero fue Estados Unidos quien anunció la paulatina retirada de los estímulos monetarios, implementados el año pasado como respuesta a la grave crisis económica provocada por el coronavirus. Ahora le llegó el turno a Europa…
Según afirmó el pasado jueves en una rueda de prensa la presidenta del Banco Central Europeo Christine Lagarde, el BCE comenzará a reducir sus compras mensuales de bonos en el mes de diciembre.
Esto se produce ante la suba de la inflación en el Viejo Continente, que pasó de tener una suave deflación a principios de año a superar tasas del 3 por ciento anual, las más altas en una década.
La reducción en estos estímulos provocará un ajuste en el gasto y la deuda que asumen los gobiernos europeos, disparados desde que estalló la crisis en marzo del año pasado.
Aunque de momento los mercados europeos no respondieron a esta noticia con caídas, la situación económica podría empeorar como consecuencia de unos menores estímulos cuando la recuperación aún es frágil.
En un momento en el que las bolsas cotizan en máximos, una recaída de la economía mundial podría golpear a los mercados por lo que debemos invertir con mucha cautela hasta que el panorama monetario se aclare.
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